Uno de los logros importantes de Bhabha se resume en el concepto negociar.
Al desaparecer las certidumbres, queda únicamente la capacidad de consensos. De
acuerdo con Jamal, Homi Bhabha “eludes the politics of polarity”,
por un “ethos of translation and critical
negotiation” (120). Esto, claro está, agrada a países democráticos donde se exalta
dicha habilidad. Pareciera entonces que la teoría de Bhabha tiene un final
feliz. Basta con aceptar la creatividad contestataria del Otro, su potencial
deconstructivista, el mecanismo relativo y negociar los términos medios, los
acuerdos que beneficien a la mayoría.
No
obstante, hay algunos problemas:
1. La
mentalidad postcolonial no es híbrida.
Los africanos sub-saharianos buscan una identidad cercana a la pureza, es decir, no parece interesarles lo híbrido. Lo han hecho desde el
siglo pasado con movimientos sociales como "Négritude" y escritores en lengua
autóctona; esto a pesar de la relatividad de sus fronteras y lo arbitrario del
nombre África. (Kalua, 25) Un ejemplo más cercano a nuestro universo es el de los Chicanos, y su esfuerzo por
encontrar en ideas/grupos como La Raza, su identidad. Lo hacen porque, como
decía Said y el mismo Bhabha, el colonizado imita al colonizador, y al hacerlo
replica también lo peor. De esta manera, los africanos, mexicanos, colonizados en general, están en
ocasiones más cerca del fascismo que sus antecesores europeos.
2. El
individuo colonizador no es un individuo total, también es, hasta cierta
medida, híbrido
En un estudio sobre Goethe, Bhabha tiende a caracterizar estereotipos del alemán en un país italiano
mediterráneo, como si los viéramos el día de hoy bañándose en el Lago di Garda. Sin embargo, en la época no existía ni Italia, ni Alemania,
ambos eran pequeños reinos. Además, el escrito de Goethe está interesado más en el
clima que en la idiosincracia o el tema de la identidad; cais que podría trasladarse a cualquier polaridad geográfica-climática (Nueva
York-Barcelona), más que a una imposición o estrategia colonizante. (Perloff, 118)
Otro ejemplo es el texto
que Marlow encuentra en Congo, Heart of
Darkness. Las notas escritas al margen están en ruso. Por lo mismo,
la identidad que Bhabha caracteriza como inglesa, es algo más, es una imagen de
la hibridez del individuo europeo.
En este sentido, Bhabha nunca
se pregunta, ¿qué causa la Presencia, Logos, Discurso, Palabra?
(Easthorpe, 344) Ésta parece existir únicamente para darle consistencia a la
diferencia, a lo Otro. Pero, si nos vamos a un caso extremo, qué es la identidad.
Según Lacan existe una coherencia necesaria en todo individuo, y otra que
es una adición de la misma, y que se afirma como origen. Esta coherencia
necesaria le permite al individuo reconocer en el Otro a un emisario, y no
reconocerlo en las paredes, o en los seres imaginarios. ¿A qué identidad se
refiere Bhabha?
3. El
individuo híbrido es un sicótico
Retomando la definición de Lacan, la identidad como una
coherencia necesaria en el individuo, y el ataque de Bhabha a toda identidad
como imposición de Logos, Razón, para ocupar, en cambio, los
intersticios, in-between, lo híbrido, nos lleva a individuos que ocultan sus
identidades fijas, estables, sociales por otros que actúan en oposición,
movimiento contestatario y fluidez irreconocible, es decir, un sicótico.
4. La
obra de arte no es sólo un agente social de imposición política
Existen textos que presentan el ego como algo
trascendental, algo estable y en evolución directa con la Historia (en México, por ejemplo, novela de Fuentes Muerte
de Artemio Cruz) y otras que presentan un sujeto con un grado de
coherencia menor, temporal y performativa, (Farabeuf de Elizondo). La teoría poscolonial no diferencia los
grados entre las obras. Las ubica, en cambio, en bloques de construcción y
deconstrucción. (Easthorpe, 345)
Lo que falta en el análisis de
Bhabha es leer el libro. Los libros se presentan como
símbolos, significantes carentes de contenido. Pero no presentan su
contenido lleno de fracciones, palimsestos (escritura al margen ruso), y
cuestionamientos. (Ginsburg, 234) En el caso de Naipaul leyendo a Conrad, por
ejemplo, se nos presenta la relación de poder entre centro y periferia. Pero
ignora lo que Naipaul escribe sobre su padre, que también quería
ser escritor y se inspiraba en Conrad para serlo. Conrad pues, como modelo y objeto
histórico contra el cual se escribe. Naipaul llega a ser Conrad, más que
trinitario.
5. Sociología
de la producción textual (el momento y lugar de la escritura)
Al abordar la temática del colonizador desde la
teoría deconstructivista, Bhabha pierde de vista la realidad sociológica que
rodea la misma producción de los textos. En el discurso de lo contestatario,
se pierde, por ejemplo que, él mismo, produce su texto desde Harvard. (Perloff,
123) ¿Qué significa esto? Además, analiza a autores best-sellers, Beloved de Morrisson, en
demérito de autores más “alternativos” “periféricos”. Aplica un concepto de
Centro, al escoger autores que escriben desde posición privilegiada.
6. Si
todo es deconstruible, también lo híbrido lo es
Cuando a Nietzsche le respondían que su filosofía era una perspectiva más entre otras,
decía: ahora sí la han entendido.
7. Metodología
ubicua
Si lo híbrido-deconstrucción se puede aplicar a todo
texto que afirme una verdad, cuál es la gran
particularidad de países colonizados. En este caso, cualquier texto puede entrar
en la dinámica de lo híbrido y no aprendemos más ni menos de la situación
política y social de los países que supuestamente iban a ser modelos a estudiar,
algo que sí pasa, por ejemplo, con Said. (Easthorpe, 344)
La opacidad de la retórica
postestructuralista lo que hace, en realidad, es ocultar la transparencia de
los motivos coloniales. (Ginsburg, 248)
8. Lo
híbrido como otro concepto/significante trascendental
Según Drichel (604), Bhabha “opposes
essentialism”. El peligro es que conceptos como el de “híbrido” se conviertan
en un nuevo “trascendental significante”. Bhabha usa la temporalidad para
combatir esta posibilidad, pero la realidad muestra que lo híbrido se ha vuelto
un concepto de batalla, concepto de poscolonialismo trascendental.
9. Status
quo político-social
La teoría ignora los avances políticos-sociales
del Centro, Occidente, por el hecho de provenir del Centro de poder. Se
privilegia la Periferia, pero las huelgas de obreros, la lucha feminista, los
derechos humanos que Gandhi y Mandela adoptaron para su discurso independista
pasa a segundo término. Lo importante parece ubicarse en el terreno marginal (a
lo menos en el pensamiento), desafiar al centro vaciando sus ideas, mientras que el poder se
mantiene ajeno. ¡Pero es el poder el que crea los cambios!
El problema con esta postura es
que no revierte la realidad económica, política, social de la dominación.
Al ubicar un Tercer Espacio, como un lugar de trascendencia similar al vacío, a
la nada, y la hibridez como un proceso infinito de cuestionamiento y de
subversión del discurso, nos situamos en un círculo de eterno retorno donde lo
importante es la temporalidad. ¡Dejar para mañana! No existe un actuar
consciente, efectivo, político del colonizado, su mayor creatividad es ser lo
que es.
En realidad, de acuerdo
con Laclau, no existe ninguna señal que las jerarquías sociales, políticas han
sufrido en lo más mínimo con esta supuesta deconstrucción de sus fundamentos.
Al contrario, se han aumentado. Entonces, como teoría ha servido a
inmovilizar la acción social, y perpetuar el status-quo. (Easthorpe, 346)
No comments:
Post a Comment