Thursday, 31 January 2013

Terry Eagleton: Crítica política



En este segundo post vamos a analizar las Conclusiones al texto Introducción a la crítica literaria de Terry Eagleton. Empezamos con las premisas, su explicación, la finalidad (objetivo del texto)  y sus conclusiones.

Premisa:
Eagleton es un teórico de la literatura que ha cuestionado como pocos la idea de la teoría literaria hasta al punto de volverla redundante, anacrónica, práctica elitista burguesa. Entre sus escritos clave, se encuentra la Conclusión a su Introducción a la teoría literaria.
          En este libro hace un repaso a gran parte de las teorías literarias del siglo XX. Su primera conclusión: la investigación literaria es más “una perspectiva especial desde la cual se observa la historia de nuestra época” (231) que un objeto de investigación.
          Esta primera premisa va ligada al hecho de no poder definir lo literario. Después de repasar su posible naturaleza lingüística, estética, humanista, textual, el objeto literario sigue más inasible que antes. Imposible trazar límites precisos, esquemas universales. Por la simple y sencilla razón, que la literatura, al ser una disciplina de las humanidades está ligada a lo mutable en el tiempo y el espacio social.
          Según Barthes: “La literatura es lo que se enseña” (235)


Explicación de la premisa:
La intrascendencia científica y teórica de las teorías literarias hasta ahora analizadas se hace evidente en lo que Eagleton llama: generosidad a nivel del significado e intolerancia con el significante. (241) En la crítica se aceptan varios puntos de vista, interpretaciones y explicaciones hasta dispares. Lo inasible de la literatura hace que mucha gente opine algo sobre un texto de manera impune (al final no pasa nada, el paciente no muere). Sin embargo, la intolerancia de la crítica se encuentra en la manera de expresar la opinión-interpretación. Si alguien habla de escritor, en lugar de narrador; de lector, en lugar de lector modelo o lector implícito; de obra, en lugar de texto; etc, es inmediatamente descalificada. Esto quiere decir que la propia teoría se define por la convención social de sus miembros académicos, más que por una afirmación de conocimiento sólido. Se parece más a un jerga de escolares que excluye a quienes no son del grupo que a un verdadero sistema de conocimiento.
El problema, claro está, es que esta jerga no es inofensiva. Al contrario, ha servido, con sus características políticas encubiertas o inconscientes, ha reforzar el statu quo.

  • La escuela estructuralista al desligar lo literario de lo social, le da al texto una cualidad casi científica y su estudio como una actividad tecnócrata. Pero a diferencia de los tecnócratas, nuestra labor no tiene ningún resultado tangible, la supuesta ciencia no afecta a nadie: nuestras únicas crisis son luchas en Congresos. Su única afectación es, diría Eagleton, mantener los privilegios de unos pocos y el statu quo político.    
  • La crítica humanista que ve en la obra un objeto estético, hace de su estudio una hermenéutica casi religiosa, al autor como un profeta (Bloom) y al académico un clérigo. Mientras tanto, el grueso de la población sigue ajeno a esta experiencia seudo-religiosa, más aún, sigue consumiendo arte (popular, mediático, etc.) sin que nadie repare en ello.    

 La separación entre lo bello estético/lo textual técnico y lo mundano político perpetúa de esta manera el conformismo social. Esta idea de Eagleton está sustentada, en cierta manera, con la idea marxista de superestructura, es decir una estructura casi intangible, que actúa, no obstante, sobre la sociedad para mantenerla inamovible. Para que esta superestructura actúe de manera efectiva debe percibirse por el grueso de la población como inexistente e inerme.   
          Ejemplo de esta inmovilidad social, del statu quo de la literatura entendida como un objeto estético u objeto científico es que no hay mujeres, negros, latinos, clase pobre, arte popular en el canon literario. El objeto literario es, oh sorpresa, una lista de europeos y norteamericanos blancos.  


Finalidad
En el centro de la crítica de Eagleton, se encuentra un deseo claro y preciso para que la literatura modifique a la sociedad, la ayude, la mejore. Esta es una visión pragmática: una disciplina académica funcional, digna de ser estudiada, debe causar un efecto social. La literatura ha caído en el terreno de los hedonistas burgueses o sibaritas latinos: leemos por placer y para reproducir el placer.
Imaginemos otra disciplina, las matemáticas, la física, el derecho estudiando por el placer de hacer operaciones matemáticas, de memorizar leyes sin ningún fin que el hecho de hacerlas. Las matemáticas desafían todos los conocimientos dados, el origen del universo, realidades paralelas, etc. El derecho cimenta las bases para una civilización ética y, por lo mismo, justa.
Si la literatura se queda en el campo del placer hedonista no vale la pena invertir tanto dinero y esfuerzo en su estudio: que se preserve en las bibliotecas de los antiguos aristócratas.
          Una de las aparentes salidas a este problema lo aporta el “humanismo liberal”. La literatura expresa y refuerza valores humanos: libertad, igualdad, justicia, etc. El problema, según Eagleton, es que se quedan en la esfera del individualismo. No se reflejan de manera tangible y concreta en ningún cambio. La sociedad capitalista ha aceptado este humanismo liberal convirtiéndolo, el día de hoy, en el discurso que sustenta la mayor desigualdad de clases, las peores crisis económicas y catástrofes humanitarias.    
         
Cuidado: esto no quiere decir que los escritores, los productores, deban sentir un compromiso político y social con su obra, que escriban para enseñar. Esto quiere decir que los académicos deben desentrañar el funcionamiento de dicha obra literaria en la sociedad, cómo la define, la influye, la construye o deconstruye. Estudiar el texto como otro agente social, en lugar de un objeto de vitrina.   


Conclusiones
Estas conclusiones lo llevan a dar el salto a los estudios culturales, o lo que llama, siguiendo a Foucault, “prácticas discursivas” (243) En ellas cabe, Milton y Bob Dylan porque la base del estudio ya no será un elemento intrínseco en la obra, lo bello, lo sublime, sino su efecto. A esta rama de estudios, la relaciona con la retórica clásica, que era, el estudio dedicado al discurso persuasivo, razonable y estético (estético en relación a su fin y no a sí mismo).
          La retórica evaluaba el discurso en relación a los resultados concretos: persuadir, incitar, conmover (244) Devolver a la literatura a su determinantes sociales, darle relevancia y pragmatismo. Cuando el humanismo liberal habla de la literatura, lo estético, como una manera de “hacernos mejores”, “más humanistas”, “más sensibles”, en realidad no está haciendo nada.
Eagleton quiere llevar lo literario al terreno de lo político porque “los argumentos políticos no son una alternativa colocada frente a las preocupaciones morales, sino esas mismas preocupaciones tomadas en serio y con todas sus consecuencias”. (247)  
En lugar de preguntarnos por la metodología y la ontología del objeto de estudios, preguntemos en cambio el por qué hemos de ocuparnos de dicho objeto. Este es un cambio radical. Se relaciona, en cierta manera, con el perspectivismo de Nietzsche. En lugar de preguntarse sobre hechos sin respuesta (metafísica), analicemos los medios que nos hacen formular dichas respuestas (psicología), y los resultados tangibles de las verdades que aceptamos como ciertas (ética).    
          Eagleton valora cuatro momentos en que la teoría literaria ha adquirido relevancia política-social, donde ha dado respuesta al por qué. (244-246)
          Primero: en la lucha de las naciones que buscan independizarse. Cuestionar la imposición de un discurso imperialista, una intervención en el lenguaje y la identidad de otra cultura. Post-colonialismo.    
          Segundo: el movimiento feminista resignificando conceptos como “experiencia vivida” “discurso corporal” etc; concientización de las fuerzas que controlan y subordinad a la diferencia de género. Estudios de género.  
          Tercero: la industria cultural en su crítica de los medios masivos de comunicación, y la idea de una cultura económica-capitalista que sea antes que otra cosa, redituable. Post-marxismo.
          Cuarto: estudios culturales y su interés en la producción de clases reprimidas, subculturas.


Preguntas que se plantea la literatura



Al empezar este blog sobre teoría literaria, creo pertinente indagar cuáles son las preguntas que se plantea la literatura como disciplina? ¿Cuáles son las preguntas que puede contestar? 

Tenemos en el caso de la filosofía, la pregunta del origen y el fin de la vida, la ética, los valores. El derecho se plantea preguntas sobre la justicia. La zoología sobre la constitución y comportamiento de los animales. ¿Cuáles son las preguntas de la literatura?

     La primera y quizá más obvia: ¿Qué es un texto literario?
La literatura como algo ficticio, no pragmático, estético. Pero en cada caso, hay excepciones, relacionadas con el tiempo época, espacio geográfico, clase social, dialecto, etc.  
·        ¿Para qué nos sirve lo literario?
Conocimiento de la sociedad, conocimiento del humano.

·        ¿Qué es lo estético? 
Algo no relativo, algo más allá del gusto personal, algo no regulado por una élite académica. Gozo, experiencia religiosa. ¿O es todo esto?

·        ¿Por qué escribimos, qué buscamos al escribir y/o contar una historia?
Necesidad innata, recreación del mundo que permite un mayor conocimiento del mismo. El acto literario como un primer y más grande destello de conocimiento, que no es otra cosa que entender causas, actuar en relación a ellas y modificarlas.

·        ¿La literatura puede cambiar o mejorar a una sociedad?
Al recrear la realidad nos damos cuenta de sus fallas, de las debilidades y pasiones humanas, de los errores y las tragedias. La única manera de cambiar es saber, de antemano, que algo está mal.

·        ¿Qué es un escritor, lector y un texto?
Es el proceso más importante de comunicación entre dos seres que comparten el mismo código lingüístico y el contexto. Es la relación más importante que se establece para la transmisión de conocimiento no sólo científico, también humano, social, histórico. 

En el caso de la crítica tradicional, la literatura sirve para sublimar los gustos de una persona, algo similar a una trascendencia religiosa. La literatura es vista como un reemplazo de la religión. De acuerdo con Terry Eagleton, en la Inglaterra de mitad del siglo XIX, el escepticismo causa pavor entre la clase dirigente, que propone entonces como reemplazo a la literatura y la experiencia estética. Estético como sublime. Epifanía de Joyce.

En el caso de la teoría estructuralista y formalista el centro de estudios está en el modelo de la comunicación establecido por un texto. El texto como parte significante del lenguaje. Lo importante es el lenguaje y la manera en la que logra su particularidad artística. Se intenta descifrar los patrones del lenguaje. Esto para reconocer los mensajes, los discursos, las historias que nos constituyen como especie.     

En el caso de la teoría psicoanalítica se explican los motivos por los cuales el humano desea escribir. Estos por lo general son impulsados por su Eros, líbido frustrada. Freud califica a los poetas de neuróticos, salvo que controlan su neurosis, la subliman. La ficción funciona como los sueños. Las imágenes como significantes metafóricos y metonímicos.   

En el caso de la crítica meta literaria, la literatura sale de la esfera de lo estético a la de lo práctico. De ahí el énfasis en las clases oprimidas (marxismo); mujeres (feminismo); colonizados (post-colonial), otredades. En esta teoría hay tres elementos clave en constante interacción: cultural, economía y política.

¿Cuáles son los problemas que resuelve nuestra disciplina?

La crítica metaliteraria se enfoca en la relación de la literatura con su contexto, medio de producción y medio de consumo, también, NO OLVIDA, su constitución. Salvo que, a diferencia de los estructuralistas, se trata de un análisis con más contenido, menos forma.  

Preguntarse entonces:

 ¿Cómo influye la literatura en la esfera social?
El texto literario presenta una diversidad que refleja la diversidad social. Al contar una historia, al elegir un camino específico, emite un juicio de valor. Ejemplo Tolstoy, Flaubert: Ana Karenina y Bovary. ¿Por qué no muere Wronsky, Leon? ¿Por qué ellas? Este juicio, de acuerdo con los primeros estetas, equivale casi a un juicio religioso porque no tiene una explicación razonada, científica.  Es lo que es. En este caso, nos preguntanos por qué siempre deben pagar la infidelidad las mujeres.   
  
 ¿Es necesario regular a la literatura?
Eliminar el uso de malas palabras (nigger en Mark Twain); eliminar estereotipos negativos (mujeres en novelas de Philip Roth) (colonizados en Daniel Defoe) (sexo en Sade).  

·        ¿Qué se hace cuando se plantea un canon literario? ¿Acaso no se está regulando en ase a una idea particular de lo estético, lo que debe ser leído?
Es una clara manera de regular lo que debe ser leído, analizado a profundidad, en Academia

·        En caso de no regular, ¿todo es literatura?
Es lo mismo La familia burrón a Guerra y Paz. ¿Dónde está la diferencia? Lenguaje, complejidad de personajes, recreación de la realidad, diálogo con otra literatura. Estas razones, en realidad, podrían decirse de cualquier obra. Hay algo más que se nos escapa.

·         Si no todo es literatura, ¿cómo clasificar lo que sí es?   
Para la crítica metaliteraria este es el gran problema. Se le ha criticado a los Estudios Culturales hacer estudios de cualquier cosa: el efecto de “Friends” en la sociedad adolescente americana, etc.. Ellos lo justifican, entre otras cosas, en relación a la contundencia social. Llevar a la literatura del terreno de la irrelevancia, del elitismo, del esteticismo que se ve el ombligo, al terreno de lo social.